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¿Es saludable el consumo habitual de leche de vaca?

  • 17 ene 2021
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 12 abr 2021

La leche de vaca es un alimento básico en la alimentación humana en todas las etapas de la vida. Su procesamiento industrial ha permitido el acceso generalizado a su consumo por parte de la población, lo que ha contribuido a mejorar notablemente su nivel de salud. Sin embargo, durante la última época hemos asistido a un descenso importante en el consumo de leche entre la población. Varios medios de comunicación y organizaciones afirman que la leche y productos de origen animal aumentan el riesgo de enfermedades crónicas incluyendo la obesidad, diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, osteoporosis y cáncer. Debido esto, la población cada vez consume más bebidas vegetales, por ejemplo, basadas en soja, almendra, arroz y avena.


¿Qué nutrientes aporta?


Según el documento de consenso sobre la importancia nutricional y metabólica de la leche (2015), describe que proporciona un elevado contenido de nutrientes en relación al contenido calórico: aporta proteínas fácilmente digeribles y de alto valor biológico, hidratos de carbono (fundamentalmente en forma de lactosa), grasas, vitaminas liposolubles, vitaminas del complejo B y minerales, especialmente calcio y fósforo. También, es reconocida por las principales guías alimentarias como fundamental en la dieta variada y saludable, aconsejando su consumo diario 2-3 veces al día.


Hidratos de carbono


La lactosa es el hidrato de carbono mayoritario de la leche, que participa en la síntesis de glicolípidos cerebrósidos y facilita la absorción del calcio. Además de la lactosa, la leche contiene otros hidratos de carbono no absorbibles, los oligosacáridos, que promueven la existencia de una flora bifidógena en el intestino y actúan como receptores de patógenos.

También posee una importante función energética, lo que convierte la leche en un alimento adecuado tanto para la preparación del deportista como para la recuperación post ejercicio, causando menores molestias abdominales y menor sensación de hartazgo que otras comidas.


Proteínas


La leche es una fuente de proteína de alta calidad. Las proteínas son muy importantes durante la pérdida de peso y el mantenimiento del peso posterior debido al alto efecto saciante que ayuda a prevenir un exceso de consumo de energía y, por tanto, reduce las reservas de grasas corporales. Además, la proteína láctea es una buena fuente de aminoácidos esenciales para la síntesis de proteínas musculares y ayuda a mantener la masa muscular metabólicamente activa durante la pérdida de peso.


Lípidos


La leche con un alto contenido en grasas son conocidos por aumentar la lipoproteína de alta densidad (HDL) y las concentraciones de lipoproteínas de baja densidad (LDL o colesterol). Este último normalmente aumenta el riesgo de tener enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, puede depender del tamaño de las partículas de colesterol LDL, ya que las pequeñas y densas son más aterogénicas que las más grandes debido a su menor afinidad por el receptor LDL y una mayor susceptibilidad a la oxidación. Hay pruebas convincentes de estudios prospectivos que el aumento del consumo de leche puede proporcionar algunos beneficios a largo plazo para reducir el riesgo cardiovascular.


Vitaminas


La leche de vaca entera tiene cantidades significativas de algunas vitaminas hidrosolubles y liposolubles. Un porcentaje elevado de los requerimientos de vitaminas B12, riboflavina (vitamina B2), vitamina A, niacina y piridoxina (vitamina B1) se cubren con el consumo de leche recomendado según la edad. Alrededor del 1% de los componentes de la leche son minerales, lo que ayuda a mantener un equilibrio iónico del medio interno.

Calcio


Numerosos estudios han demostrado que la ingesta diaria de calcio proveniente de los productos lácteos bajos en grasa puede contribuir al balance de energía y por ello juega un papel en el control del peso. Además, el consumo de lácteos tiene un pequeño efecto sobre la reducción global del riesgo de enfermedad coronaria y en ictus, tanto isquémico como hemorrágico, y del riesgo de fracturas por osteoporosis en la tercera edad, especialmente en mujeres.

La Comisión Europea defiende que las proteínas, el calcio, el fósforo, el magnesio, el manganeso, el zinc, la vitamina D y K son necesarias para mantener los huesos en un buen estado. A excepción de la vitamina D, estos nutrientes están presentes en cantidades significativas en la leche.


¿Cuánta leche debo tomar?


Las recomendaciones de consumo son muy variadas según la fuente, la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) aconseja una toma de 2-4 porciones de lácteos al día, de bajo contenido en grasa si están asociados riesgos de obesidad o cardiovasculares, mientras la Sociedad Española de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica (SEGHNP) recomienda unas cantidades de 500-1.000 mL al día.



Referencias

  1. Fernández E, Martínez J, Martínez V, Moreno J, Rodolfo L, et. Al. Documento de Consenso: importancia nutricional y metabólica de la leche. Nutr Hosp. 2015;31(1):92-101.

  2. Aranceta J, Arija V, Maíz E, Martínez E, Ortega R, Pérez-Rodrigo C, et. Al. Guías alimentarias para la población espanyola; la nueva pirámide de la alimentación saludable. SENC. Nutr Hosp 2016; 33(Supl. 8):1-48.

  3. Maghsoudi Z, Ghiasvand R, Salehi-Abargouei A. Empirically derived dietary patterns and incident type 2 diabetes mellitus: a systematic review and meta-analysis on prospective observational studies. Public Health Nutr 2016; 19(2): 230 41.

  4. Astrup A, Raben A, Geiker N. The role of higher protein diets in weight control and obesity-related comorbidities. Int J Obes (Lond) 2015; 39(5): 721 6.

  5. Sjogren P, Rosell M, Skoglund-Andersson C, Zdravkovic S, Vessby B, de Faire U, et al. Milk-derived fatty acids are associated with a more favorable LDL particle size distribution in healthy men. J Nutr 2004; 134(7): 1729 35.

  6. Thorning T, Raben A, Tholstrup T, Soedamah-Muthu S, Givens I, Astrup A. Milk and dairy products: good or bad for human health? An assessment of the totality of scientific evidence. Food & Nutrition Research. 2016; 60: 32627.

 
 
 

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